Miraba a la luna ofuscada
alzando una pleamar de deshoras
contra la nada;
no iría.
La noche viraba velada
orientando la fluidez del deseo
hacia la nada…
no iría.
Alguna caricia turbada
y desconcertados besos sin hambre:
toda la nada.
No iría.
egm.2019
Revisión del poema publicado en Luz de invierno en octubre de 2010
→Ir al Índice